Históricamente, la fiesta de Villafrades se celebraba en agosto, pero debido a las tareas agrícolas, se trasladó a septiembre cuando dichas tareas habían finalizado.
Actualmente, debido a que esas tareas agrícolas se realizan con mayor celeridad y, sobre todo a que cada año se observaba la presencia de menos gente, ya que el periodo vacacional está a punto de finalizar y los colegios ya han comenzado el curso, desde el año 1988, la Fiesta se celebra en el mes de agosto, -el penúltimo domingo- para no coincidir la víspera con San Roque, observándose una mayor presencia de gente.
La Fiesta de la Virgen de Grijasalbas se divide en tres días: la víspera, la Fiesta Mayor y el segundo día.
Tradicionalmente la víspera es el día de los danzantes en el cual el baile estaba dedicado a ellos y había hoguera. Este baile, tenía la particularidad de que comenzaba con una jota cuando aparecían los danzantes y sólo la bailaban ellos.
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Además, el chiborra, golpeaba con su castañuela en la cabeza de ocho mozas, generalmente casadas, para que bailasen con los danzantes, estando éstas obligadas a hacerlo
El día de la Fiesta Mayor, se celebra la solemne Procesión de la Virgen de Grijasalbas acompañada en todo momento por los danzantes y el chiborra. El momento más emotivo es cuando el chiborra dice el verso a la Patrona en medio de un silencio acogedor siendo jaleado al final del mismo, con varios vivas, a su persona, a los danzantes, a la Virgen, al pueblo de Villafrades, etc.
Por la tarde, se canta la Salve a la Virgen, a la que acuden gentes de los pueblos vecinos, pues es digno de ver la fe y devoción que se demuestra a la Virgen con este cántico.
El segundo día de Fiesta se dedica especialmente a bailar los lazos de peticiones de la gente, después de la Misa, siendo curioso el hecho de que la mayoría de ellos son bailados por la gente del pueblo y no por los danzantes.
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