Aires nuevos resuenan
¡Oh Virgen de Grijasalbas!
Que nos llenan esta fiesta
De ilusiones y esperanzas.

Aquí nos tienes de nuevo
Acudiendo a tu llamada
Que tú has querido que fuera
Un poquito más temprana

Para que esta gran familia
Que se ha visto disgregada
pueda acudir este día
En torno a ti, Madre Santa,

Para cantarte tu Salve,
Para ofrecerte sus danzas,
Para contarte sus penas
Y colmarte de alabanzas;

Porque para una Madre
Como tú de buena y santa,
Tan hijo es el que se ha ido,
Como el que aún vive en casa,

Que el cariño de una madre
Salva todas las distancias,
Cruza los ríos y mares,
Los valles y las montañas.

¡Qué alegre está nuestra madre!
¡Miradle todos la cara!
Esa sonrisa inocente,
Esa mirada tan clara,

Ese rostro reluciente
Que es el espejo del alma
Y esos labios amorosos
Con que nos besa y abraza.

Cómo no va a estar contenta.
Cómo no va a estar ufana
De ver a todos sus hijos
Abarrotando esta plaza,

De ver a esas Mayordomas
Que le engalanan la casa,
Y de ver que un año más
No le ha faltado su danza.

Y es que como buena madre
Las tristezas se las calla,
Pero en su silencio cuenta
Y mira a ver quien le falta.

Y luego al quedarse sola
Una lágrima derrama
Por cada hijo que se olvida
De venir a visitarla.