La riada más conocida de las que hubo en Villafrades a través de los siglos es la que se produjo la noche del 31 de diciembre de 1961 que destruyó casas y cosechas a su paso.

La mayoría de los habitantes de Villafrades aún la recuerdan con horror y los más jóvenes hemos oído hablar de ella. Fue conocida a nivel nacional ya que se hicieron eco todos los periódicos y revistas nacionales y muy especialmente los regionales que encabezaron éstos con amplios reportajes y desoladoras fotografías.

Foto desde las casas caidas.

Programas de radio volcados en recaudar fondos para ayudar a las víctimas y la recientemente creada Televisión Española que envió a un cámara (Toti Carvajal) para que tomara imágenes de la catástrofe, pudiendo contemplar, los pocos españoles que dispusieran de televisor las desoladoras imágenes de esta riada.

Así rescataron a las gallinas de los corrales

El aspecto que presenta es desolador: Más de la mitad de las casas que componían el pueblo están derrumbadas y la otra mitad está apuntalada por miedo a una posible catástrofe; el mismo ayuntamiento ha sido evacuado.

El Norte de Castilla daba cuenta del suceso y sus efectos en los siguientes términos: "el nivel normal de las aguas era sobrepasado en siete metros por lo menos.

Javier busca un juguete en las ruinas.

De Villalón y Gatón de Campos han surgido ofrecimientos de particulares para cobijar en sus domicilios a las víctimas y durante estos días atrás prestaron su colaboración las fuerzas del 26 Regimiento de Artillería de Valladolid que puso a salvo enseres personales, muebles y demás efectos. Las pérdidas no se pueden calcular. Es incomprensible. Baste la perspectiva de un pueblo semiderruído en sus tres cuartas partes, con todos sus habitantes cobijados en la otra parte sobrante. Los campos anegados plenamente no dan esperanza ".

Este desbordamiento que se inició por la orilla opuesta al pueblo pronto se extendió saltando la carretera e invadiendo violentamente el pueblo arrasando a su paso casas y edificaciones, en su mayor parte de adobes, siendo contemplando con zozobra por los habitantes que se encontraban evacuados en las eras altas del pueblo.

Mónica Gordaliza.