Nació el 24 de abril de 1873, a las tres de la tarde; hijo de Vicente Rodríguez y Manuela Gordaliza. Junto con sus primos Teodoro y Buenaventura Gordaliza, ingresa en la Orden de Predicadores, en el convento de Ocaña el 8 de septiembre de 1889, donde permanece hasta 1893 en que hizo los votos perpetuos.
Se inicia en el sacerdocio en Ávila, dedicado a la predicación, pasando por Valencia y Santa María de Nieva; siendo finalmente enviado a Manila el año 1910.
Aquí
ejerció de profesor en el Colegio de San
Juan Lateranense, donde permanece como vice-rector
hasta el año 1917. Se da la circunstancia
que en estas fechas se encuentran en esta
región asiática los tres paisanos que partieron
juntos de Villafrades un día de septiembre
de 1889, y manteniendo algunas reuniones
entre ellos como una que tiene lugar el
año 1916 en que viene a Manila su primo
Teodoro, siendo éste ya Obispo de Abdera.
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En noviembre de 1917 regresa a España, nombrado rector de Santa María de Nieva, donde permanece hasta un año después en que dimite voluntariamente y pide el traslado a Ávila.
Después de la Guerra Civil, en 1939, es destinado a Ocaña como prior, donde entre grandes trabajos y penurias se dedicó a reconstruir el convento que había sido arrasado y expoliado por los comunistas; regresando a Avila donde finaliza su vida, exceptuando una breve estancia en Barcelona, y muere víctima de una penosa enfermedad el día 26 de junio de 1954.
El
padre Gregorio era conocidísimo en Ávila
y amado por todos, ya que estaba adornado
de un carácter bondadoso y amable. Entre
sus obras no hay nada publicado, pero sí
conocemos que había recopilado un extenso
archivo con datos sobre Villafrades.
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