LAS DOS ÚLTIMAS

Como colofón y, acogiéndonos al lema que motivó el arranque y posterior desarrollo de este compendio, a saber: “De refranes y coplas tengo yo un arca” reflejamos aquí dos canciones, que brotaron al rescoldo de un amor filial, como es el que profesan desde siempre los villafradeños a su excelsa Patrona.

La primera tiene una música preciosa y fue compuesta por un amigo del que suscribe con ocasión de una fiesta que pasó entre nosotros, quedando prendado de cuanto vio y vivió. Es una canción inédita, pues nadie la ha oído ni leído jamás. Y el hecho de engarzarla aquí es simplemente en evitación de que el paso del tiempo la devore sin piedad, condenándola irremisiblemente a una sórdida podredumbre en el foso del olvido.
La canción dice así:

Coro

A ti, Virgen amada,
La de Grijasalbas,
Villafrades hoy te aclama
Con devoción y esperanza.
Que vivamos siempre en paz
Tus hijos suplican
Con fe robusta y leal,
Santa Virgencita.
Que vivamos siempre en paz
Tu pueblo suplica.

Estrofa

Villafrades, tierra hidalga,
De tratantes y queseros,
De corazones poblada,
Generosos e hijos buenos.
Guardada en su relicario
Hay una joya muy rica.
Aquel es su santuario,
Esta es nuestra Virgencita.

CANCIÓN DE ROMERÍA

Así se puede calificar la que sigue. Aunque su autor no naciera en Villafrades, sí que pasó varios años entre nosotros, rigiendo los destinos espirituales de los feligreses de esta parroquia. Vio la luz por el año cuarenta y desde entonces habrá muy pocos, entre los mayores de cuarenta años, que no la hayan cantado alguna vez. Es muy melódica y, cantada a dos voces suena tan bien, que el buen cantador la degusta con deleitosa fruición, pues se le antoja ribeteada de primor. Hela aquí:

“Tengo de venir al templo,
apenas apunte el alba,
tengo de cantar la Salve
a la Virgen de Grijasalbas

Y, después de haber venido
Y haber cantado la Salve,
Iré muy contento a casa
Porque ya he visto a mi madre.

Que tengo de venir
A cantar la Salve.
Que tengo de venir
A cantar la Salve.
Serán mis cantares
Cantares de amor,
Cantantes sinceros
De un amante corazón.
Tra la ra la ra
La ra la ra la la..
Son las campanadas
de mi parroquia.
Anuncian el cercano
Y bello atardecer.
Tocan a oración.
Cuando oiga su repique,
Siempre vendré yo.
Las campanas tocan ya,
En los campos ya no hay sol.
Ya-no-hay-sol.
Las campanas tocan ya,
Repican y vengo yo.
Virgen que eres Patrona
De Villafrades,
En mi pecho te llevo
Como a mi madre.
Eres tú, sola tu,
Eres mi madre.
En los campos risueños
Nacen las bellas flores.
Son ofrendas de amores
Virgen para ti, para ti, para ti,
Prenda de mi amor.
Campanas de mi pueblo
Tocad a oración, tocad a oración.
Cuando oiga su repique
Siempre vendré yo,
Siempre vendré yo,
Siempre vendré yo.
Campanas de mi pueblo
Tocad, tocad a oración.


Y con esto hemos visto coronado nuestro intento. Todo cuanto precede fue recopilado por Celestino Ramos del Olmo, sin ninguna pretensión. Simplemente accediendo al deseo que me formularon mis vecinos, el matrimonio formado por RAFA Y AMPARO, con lo que queda debidamente cumplimentado el encargo de referencia.

IN MEMORIAM ET AD MAJOREM DELECTATIONEM



Villafrades de Campos, primavera de 1990